Hace varios días se conoció la noticia de que los indígenas de la tribu Misak, derribaron la estatua que había en honor a Sebastián de Belalcázar en Popayán, como consecuencia de esto, los integrantes de la tribu manifestaron que han recibido amenazas y también se conoció, que la Alcaldía de Popayán impuso una recompensa para las personas que puedan brindar información que ayude a identificar a los responsables de derribar el mon.
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En una rueda de prensa y en un comunicado, el Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente, dieron a conocer la razón por la cual fue de suma importancia para ellos derribar la estatua, y además, también ostentaron todo lo que han tenido que padecer después de los hechos ocurridos el pasado 16 de septiembre.
«La autoridad indígena precisa que, como resultado del juicio que se le hizo a Sebastián Moyano de Cabrera —alias Sebastián de Belalcázar—, se resolvió derribar la estatua ubicada en el Morro de Tulcán, determinación que se sustentó en las normas propias de la jurisdicción especial indígena, cuenta con todo el respaldo de nuestro deber y derecho mayor de origen, de la cosmovisión ancestral cultural y política de hijos del agua, del arco iris y de los sueños».
Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente
En el comunicado también anunciaron que adelantan una estrategia de defensa legal para ellos ante las autoridades nacionales y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Del mismo modo, manifestaron que la decisión de derribar el monumento, está basada en la ley de origen de esta comunidad y que, por lo mismo, rechazan la disposición de ofrecer recompensas.
«Rechazamos los anuncios que se hicieron y se mantienen vigentes, relacionados con el ofrecimiento de recompensas, a fin de que la Policía Nacional y la Fiscalía General de la Nación sometan y judicialicen a los comuneros que acatando su deber y derecho mayor con la autoridad indígena materializaron la orden de echar abajo el nefasto monumento que lleva años revictimizando la memoria colectiva al pueblo misak».
Movimiento de Autoridades Indígenas del Suroccidente
Por otro último, cabe resaltar que en el comunicado señalaron que algunos Misak que se encontraban comercializando alimentos «fueron perseguidos por patrulleros de la Policía Nacional, hecho que se suma a las múltiples amenazas de corte colonial/paramilitar que han recibido nuestros Taitas, Tatas y Mamas». Por este motivo, aseguraron que las disposiciones, sumadas a los llamados hechos por la Policía Nacional, a través de los medios de comunicación, han puesto «en grave riesgo la vida y la integridad» de la comunidad indígena.
Redacción: Geraldine Collazos.